domingo, 20 de julio de 2014

UNA MUJER LUCHADORA: ELIZABETH WARREN

 


Estoy cansada de escuchar entre conocidos y empresarios que no les gusta que la mujer esté en el poder. No entiendo en un siglo XXI cómo se permite escuchar estas superficialidades. Al leer un poco la vida de Elizabeth Warren, me entusiasmó conocer su historia biográfica; de ahí su lucha por la clase media en EE.UU. arremetiendo contra las grandes corporaciones y la banca.
Elizabeth Warren nació en Oklahoma en el año 1949, en el seno de una familia trabajadora. Su padre era un obrero de fábrica y que por enfermar del corazón, perdió su empleo. Su madre tuvo que ponerse a trabajar para poder pagar la hipoteca de la casa y llevar adelante el hogar.  Elizabeth estudió Derecho y posteriormente graduándose de doctora por la misma Universidad; fue una "rata de biblioteca" para conocer el mundo financiero, la bancarrota y la banca de inversión. Fue profesora de la Universidad de Harvard; y hoy ostenta unos de los cargos más considerados en EE.UU.: Senadora desde 2013. Parece ser que ella es la contrincante de Hillary Clinton. Todas sus publicaciones delatan su interés por ayudar a los trabajadores y mantener la clase media en EE.UU. Ella se atrevió a decir en una reunión de la Comisión de Banca del Senado ¿Cuándo fue la última vez que llevaron ustedes a juicio a un gran banco? Ella es muy aplaudida por su lucha contra la corruptela. EE.UU. sueña con tenerla de Presidenta en el año 2016. Si Obama, negro, entró como Presidente; ¿por qué no una mujer? Es cierto que Hillary Clinton luchó mucho, una buena política; pero dejemos a las nuevas generaciones a que transformen sus ideas en realidad. En este caso es una mujer fuerte y preparada. Yo me alegraría; y los políticos españoles deberían aprender mucho de las mujeres poderosas; creo que las cosas irían de otra manera porque saben lo que no quieren para llevar bien su país. Y mis conocidos los empresarios, también cambiarían de ideas si se instruyeran un poco acerca de estas grandes mujeres. Terminaré señalando que todo sueño se puede hacer realidad, pues esperemos, porque todo puede cambiar.

sábado, 5 de julio de 2014

MATA MUA: EL PARAÍSO DE TAHITIANO

 

Muchas veces queremos alejarnos de los ruidos de las ciudades y añoramos el estar en una isla para poder vivir libremente, sin ataduras; fuera de todo tipo de contaminación, y comenzar con  una nueva etapa.  Esto es lo que hizo Paul Gauguin; huir definitivamente de la civilización occidental. Él necesitaba alejarse de esa contaminación para poder vivir libremente y ser un creador. Para ello pintó Mata Mua, que evoca su renacer como tahitiano salvaje. Mata Mua es una escena pastoral tahitiana. El eje principal del cuadro es un árbol que separa dos escenas: a) en primer término representa la música con las dos mujeres sentadas, una tocando la flauta, y la otra deleitándose con el sonido; b) en segundo plano representa la danza, y la ofrenda a Hina, diosa de la mujer, y de la luna.
Por lo que, Paul Gauguin rompió con la vida acomodada  para ser más libre y entrar en el paraíso que tanto anhelaba. Os muestro, de mis apuntes, el cuadro Mata Mua que tanto me gusta y que de vez en cuando lo admiro por el significado que conlleva detrás.

CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA: EL AMOR


CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA: EL AMOR

Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos entendieron, y que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.

Te pido aún así, que la custodies todo el tiempo necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.

Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una aplicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR. Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.

El Amor es luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe.

El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras.

El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que queremos, y permite que la humanidad no se extinga en ser ciego egoísmo.

El Amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor.

Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos olvidado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo. Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E=mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtener a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa de la humanidad en el uso y el control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, el amor es la única y la última respuesta.

Quizás, aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada. Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo transciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.

Lamento profundamente no haberle sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda la vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta.

Tu padre: Albert Einstein